Saturday, April 9, 2011
Viajar sin descanso
No hay día en que, se encuentre donde se encuentre, el desterrado no tenga su cabeza en otra parte. Como si de un ejercicio de resitencia se tratara, el extranjero viaja en el tiempo con frecuencia a insólitos episodios de su niñez; aparecen en su mente personas de las que, si tuviera cerca, no tendría jamás inquietud ninguna; o recuerda escenarios en ciudades que ya cambiaron para siempre. Incluso estando donde nació, el que cree que no pertenece extraña algo que no puede ubicar, que no sabe cómo encontrar, pero que siente que le falta. Melancolía, nostalgia, siemple y pura inconformidad, ilusión inmadura, capricho. Quién puede juzgarlo. Y para qué. Si el viaje sigue incesante y sin receso.
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Este es mi favorito, Túpac. Grande.
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