Wednesday, June 1, 2011

Did she mean it?

No lo sé. La señora, con sus ojos azules, sus lentes, su piel blanca arrugada, y su educado semblante, me deseó las buenas tardes en inglés, "have a good one", me cobró, abrió la bara que me permitiría salir del peaje y reincorporarme a la autopista, y me sonrió.
Me sonrió, sí, me sonrió. No es frecuente. Pero la verdad es que no sé si me sonrió sinceramente o por trámite. Si era una sonrisa de alguien que hacía su trabajo con cariño o era una sonrisa de librito.
Parece una tontería, un detalle que sólo alguien con ganas de enredarse nota. Pero es que su sonrisa no es usual en un paraje de cobranzas viales. Aunque, a decir verdad, no fue que lo sentí como para decir "qué cariñosa la señora". Quizás fueron sus años: por tratarse de una señora mayor me inspiró cierta ternura y... no, recuerdo no me produjo, no tengo una señora tan blanca, ni tan de ojos azules que recordar.
Sólo me faltaría indagar en su mirada. La sostuvo apenas, es la verdad. Me miró de frente y a los ojos, pero no más de un segundo quizás. Dos a lo sumo.
No, no creo que haya sido especialmente cariñosa. Debo haber sido simplemente el conductor número 482 de la tarde al que le correspondía su sonrisa también 482.
O quien quita que sí. Que a los 482 nos haya sonreído cariñosamente y que hasta ahí ella sepa o pueda expresarlo, como sucede en esta cultura.

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