Saturday, April 23, 2011

Casablanca

Mi teoría es que ese permanente flujo introspectivo del extranjero tiene sus bemoles de acuerdo al lugar donde esté. En Miami por ejemplo, la luz es tanta y por tantos meses en el año el sol inunda la vida entera por 12 o 14 horas al día, que con frecuencia la ciudad parece un desierto de almas. Nadie parece pensar o contar algo que ha sentido y tiene guardado. Porque todo se ve, quizás. Y es así como, esta suerte de Casablanca donde, más que un puerto internacional, la ciudad tiene lógica de escala, de tránsito de refugiados o vacacionistas (la mayoría de los habitantes de este lugar no se sienten propios), eso redunda en su ánimo, que percibe que, como nada parece que va a quedarse, nada parace merecer peso y significado.
Sin embargo, el extranjero -y mira que hay extranjeros aquí- sigue sintiendo y pensando como una maquinita asombrada. Adapatándose como un camaleón o esperando en las esquinas su oportunidad, dependiendo del caso.

1 comment:

  1. La culpa no es del sol en la calle...la culpa es de la noche a la que el desierto de almas le teme.
    Tu reflexión es tan triste como profunda y hermosa.
    JCM

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